lunes, 12 de noviembre de 2007

Un ocaso, solo eso.

El abismo nació de arriba,
en lo alto de los deseos
para morir bajo los pies
de piedra, de silencio.

Donde el mundo
por un segundo
naranja, vuelve al corazón
para aspirar almas de hierro.

Un ocaso, solo eso
pido yo
para imaginarme cerca
lo que veo tan lejos.

Frios transitados
de aves atalayeras,
van repitiendo muy alto
que las demencias son pequeñas.

No hay comentarios: