domingo, 11 de noviembre de 2007

El, otra vez.

El llega indiferente
y saluda muy raudo a la vida,
él se sienta a mi lado
y me habla en armonia.
Posee los brazos mas ligeros del alma,
y me eleva
hasta alcanzar la luz de la añoranza.
El me esconde en un silencio
no me habla,
solo nos deja callar.
El me aparta de todos mis secretos
a un corredor y a una claridad,
me susurra sus anhelos
y se rie de mi inerte despertar.
El me llama
y pregunta si lo recuerdo,
yo insisto en no relegar.
El me habla
de las cosas que aún no creo
él me insita
a desmoronarme y volar.
El es un hombre que recuerdo,
y espero no olvidar.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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