Aquel extraño que siento conocer
que en sus pupilas está marcada la muerte
de lo que siempre espera tener.
Recorrer los pasadisos frente a él,
recorrer todas las vidas enfermas
sin él.
Tal vez, al volverte a ver
pueda respirar el humo rojo de tu amor
y la misma risa perdida de ser.
Paz, y la mentira más divina de sostener
los restos de mundo que dejo por tí,
recógeme del olvido más profundo de tu piel.
Todo expira como las ventanas
y puertas de tu alrededor,
déjame ver si los mantos de alegría
de nuevo pintan temor.
Por aquel extraño
caminaría los mil peldaños
por dolor .
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