sábado, 26 de enero de 2008

Uno de los muchos, tú.

De una pantalla y la luz que la baña
nadan las palabras más minimizadas
de un espejo y un cristal.
Un conjunto de micropartículas,
de color azul y negro,
y está la música viajando
de cuarto a cuarto,
viajando por la nada.
Esta visible el invisible
con el que río y no puedo mirar,
su religión y mi pasatiempo,
su conocimiento y mi capricho de adivinar.
Su relucido recorrido,
cuando escapa al no parar,
recuerdo muchos sucesos
de la prisa y la escala misma
que perdemos al hablar.
El se va, burlándose
se ríe, y se va sin hablar.
Estoy durmiendo
suena el celular,
y recuerdo que es él
en mi despertar.

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